El uso seguro de los medicamentos es una prioridad dentro del sistema de salud colombiano, orientado a prevenir errores de medicación, reacciones adversas y otros problemas relacionados con medicamentos (PRM). En este sentido, el Ministerio de Salud y Protección Social, a través del Decreto 780 de 2016 y las políticas de Seguridad del Paciente, promueve prácticas que aseguren la eficacia terapéutica y reduzcan los riesgos asociados a la farmacoterapia.
Desde el proceso de dispensación, el servicio farmacéutico cumple un papel esencial en la promoción del uso racional y seguro de los medicamentos. Este proceso no se limita a entregar un producto, sino que implica brindar una atención integral y personalizada. En este contexto, el auxiliar de farmacia desempeña una labor clave al ofrecer educación al usuario, proporcionando información clara y comprensible sobre el nombre del medicamento, la dosis, la vía y frecuencia de administración, la duración del tratamiento, así como las recomendaciones de almacenamiento y precauciones especiales. Entre estas se destacan la importancia de no automedicarse, no suspender el tratamiento sin indicación médica y estar atentos a posibles signos de alarma ante reacciones adversas.
De esta manera, desde la dispensación se contribuye activamente al uso seguro de los medicamentos, fomentando una comunicación efectiva entre el paciente y el equipo de salud, detectando oportunamente inconsistencias en las prescripciones médicas y promoviendo la farmacovigilancia. Con estas acciones, fortalecemos la seguridad del paciente, mejoramos la adherencia al tratamiento y garantizamos una atención segura, responsable y de calidad, reafirmando el compromiso de Disfarma con el bienestar de la comunidad.
Por: Equipo de Químicos Farmacéuticos


