En el imaginario colectivo, cuando se habla del sistema de salud, las figuras más reconocidas son los médicos y los enfermeros. Pese a ello, existe un profesional altamente capacitado cuya labor es determinante para el éxito terapéutico, la sostenibilidad financiera y la seguridad de los pacientes: el químico farmacéutico.
Una profesión científica y sanitaria al servicio de la salud pública y la seguridad del paciente…
Funciones clave en el sistema de salud:
1. Evaluación de la terapia farmacológica
Verifica que las prescripciones sean seguras, adecuadas y sin interacciones, apoyando decisiones clínicas en equipos multidisciplinarios.
2. Seguimiento farmacoterapéutico y conciliación
Monitorea tratamientos en pacientes crónicos o de riesgo, identificando problemas y mejorando la adherencia para prevenir complicaciones.
3. Vigilancia de la seguridad y calidad del medicamento
Gestiona el ciclo del medicamento garantizando condiciones seguras, normativas y promoviendo la prevención de eventos adversos.
4. Gestión racional del recurso farmacéutico
Optimiza inventarios, consumo y uso racional de medicamentos, aportando a la sostenibilidad financiera del sistema de salud.
5. Educación al paciente y humanización del servicio
Traduce el conocimiento técnico en orientaciones claras y humanas para el uso seguro de medicamentos.
El químico farmacéutico es un profesional del área de la salud, con formación integral en farmacología, farmacocinética, toxicología, farmacovigilancia, epidemiología, economía de la salud, legislación sanitaria, y gestión de servicios farmacéuticos. Su competencia se extiende a contextos asistenciales, regulatorios, comunitarios e industriales, lo que le permite tener una visión sistémica y completa del uso de medicamentos en los diferentes niveles de atención.
Por eso, reconocer el rol del químico farmacéutico no es un gesto simbólico, sino un acto de responsabilidad con la salud pública. Su labor, muchas veces silenciosa, sostiene la seguridad del paciente, mejora la adherencia terapéutica y optimiza los recursos del sistema. Valorar su criterio es valorar vidas, tratamientos y oportunidades de bienestar real para las personas. Porque detrás de cada medicamento bien dispensado, está el compromiso técnico, ético y humano de un profesional indispensable.
Por: Equipo de Químicos Farmacéuticos